Javier Milei en la ONU: Un Llamado a la Prosperidad y Reforma.

El presidente argentino Javier Milei se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas, enfatizando que “la prosperidad y el progreso de nuestro pueblo no puede postergarse más”. Durante su intervención en el 80º período de sesiones, Milei subrayó la decisión de Argentina de emprender un camino difícil pero necesario, alineándose con políticas similares adoptadas por el presidente Trump en Estados Unidos, especialmente en relación con la inmigración ilegal.

Milei criticó la transformación de la ONU de un organismo mediador de paz a uno que busca decidir el destino de Estados e individuos, abogando por un regreso a sus principios fundacionales. Rechazó cualquier cercenamiento de libertades individuales y comerciales, y pidió a la ONU liderar un cambio de paradigma, retornando a las bases que la hicieron eficaz en el pasado.

En su discurso, Milei reiteró el reclamo argentino de soberanía sobre las Islas Malvinas y exigió la liberación del ciudadano argentino Nahuel Gallo en Venezuela. También instó a la comunidad internacional a apoyar a Argentina en estos temas y a trabajar juntos para liberar a los rehenes en Gaza. Destacó la importancia de un enfoque en el crecimiento económico sostenible, señalando que sacrificar el futuro para el bienestar presente es una estrategia insostenible.

Milei criticó la hipertrofia burocrática de la ONU, sugiriendo que ha erosionado su eficacia y prestigio. Propuso cuatro principios para reorientar la organización: mantener su misión central de paz, intervenir solo en problemas que exceden las capacidades nacionales, optimizar estructuras redundantes, y simplificar normativas para fomentar sociedades prósperas. Estos principios, argumentó, ayudarían a la ONU a lograr resultados más tangibles.

Finalmente, Milei condenó la violencia fundamentalista y política, instando a la cooperación internacional para garantizar justicia y prevenir futuros conflictos. Aprovechó su discurso para recordar el dolor de Argentina por los ataques a la Embajada Israel y la AMIA, destacando la necesidad de fortalecer el respeto a las circulares rojas de Interpol. Concluyó repudiando la violencia política global, especialmente por parte de la izquierda, y reafirmando su compromiso con la convivencia democrática.